Francisco J. Ortiz. Calibre .38, 25 de gener de 2012
A la hora de deliberar acerca de cuál es la colección de novela negra en lengua castellana más importante en la historia de nuestro país (quedando fuera así la mítica El Séptimo Círculo creada por los argentinos Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares), y más allá de que a buen seguro la elegida sería una de las añoradas por desaparecidas, podría haber más de una discrepancia: posiblemente resultase vencedora Etiqueta Negra de la editorial Júcar, dirigida por Paco Ignacio Taibo II, pero no le faltarían defensores a Black, aquella de bolsillo de Plaza & Janés coordinada por Javier Coma y tan fácilmente reconocible gracias a las cubiertas ilustradas por Jordi Bernet, el autor de Torpedo; o a Etiqueta Roja, de Ediciones B, con presentaciones habituales de Andreu Martín; o a Club del Misterio de Bruguera y Círculo del Crimen de Forum (Planeta de Agostini), ambas en formato deliciosamente pulp; o a Crimen & Cia de Versal, esta última con llamativas cubiertas en contrastado amarillo y negro.
Precisamente el amarillo y el negro, respectivamente definitorios del género en Italia (giallo) y Francia (noir), fueron los colores que portó por bandera la que sin duda es, aquí no hay discrepancia que valga, la colección del género más importante traducida al -y en ocasiones, escrita directamente en- catalán, y que supuso para esta lengua lo que la histórica Série Noire de Gallimard para el idioma galo: La Cua de Palla. La colección original fue publicada por Edicions 62 entre 1963 y 1970, y las funciones de director editorial corrieron a cargo del escritor Manuel de Pedrolo. Fueron 71 los títulos que lograron salir a la calle antes de que los números no cuadrasen y la editorial decidiese echar el cierre. Luego se sucederían varias resurrecciones: la más lustrosa, la llamada Seleccions de la Cua de Palla, publicada entre 1985 y 1996 y de la cual se hizo cargo el citado Coma a partir de su número 50; la más paupérrima, el último intento de volver a ponerla en circulación en 2006, y que se saldó con solo dos títulos, de Dashiell Hammett y Donna Leon. Por todo ello puede decirse que la historia de La Cua de Palla, por más que no sea una línea continua sino un relato repleto de altibajos, alcanza casi el medio siglo.
Jordi Canal y Àlex Martín Escribà
De todas estas etapas, y de la importancia que ha tenido dicha colección para los aficionados a la novela negra y lectores en lengua catalana, trata el presente volumen, escrito por dos estudiosos del género como Jordi Canal y Àlex Martín Escribà. El primero, director de la Biblioteca La Bòbila de l’Hospitalet e impulsor tanto del primer club de lectura de novela negra de nuestro país como del Premio Internacional L’H Confidencial, que ya han ganado, entre otros, Raúl Argemí, Julián Ibáñez y Cristina Fallarás; el segundo, codirector del Congreso de Novela y Cine Negro de la Universidad de Salamanca y coautor del ensayo Catalana i criminal.
Así, el libro que nos ocupa repasa los orígenes del proyecto, la etapa de esplendor, y también su decadencia. Entre un momento y otro, la publicación de una línea editorial cuyo lema (traducible como “La cola de paja”) se debe a un refrán popular de la región y que combinaba en su catálogo ejemplos arquetípicos de lo que se ha venido a llamar “novela negra” como tal -la escuela hard boiled norteamericana que arrancó con Hammett y Chandler- con aplicaciones heterodoxas a la norma, caso de la novelística de Georges Simenon, u otros subgéneros adláteres, como las novelas de espías de John le Carré. También trata de los hombres y las mujeres que lo hicieron posible, y no solo de los escritores, sino también de los editores, traductores y diseñadores gráficos, con Jordi Fornas, autor de las emblemáticas portadas en amarillo y negro, a la cabeza. Y de fondo, la historia del género negro en nuestro país: los autores no se olvidan del marco espaciotemporal, y repasan con exhaustividad pero sin caer en terrenos farragosos las colecciones especializadas (de las que al comienzo de esta nota citábamos algunas), extinguidas o en curso, los premios, los eventos literarios y los estudios y demás publicaciones de crítica y difusión del género, impresas y/o digitales, entre ellas esta misma Calibre .38.
Pero hay más: el volumen cuenta con un suculento apéndice, que alcanza nada menos que la mitad de las páginas del mismo, y que incluye la nómina completa de autores recogidos en la colección, la cronología de las ediciones originales, una filmografía y fichas de las adaptaciones al cine y la inevitable bibliografía final. Además, se añade un catálogo de material gráfico formado por la reproducción a todo color (amarillo y negro, claro está), de todas las cubiertas de todas las encarnaciones de La Cua de Palla, así como material publicitario de la misma, acompañado por los datos de catalogación de las imágenes.
El resultado es un testimonio apasionante no ya solo de la colección de novela negra en lengua catalana más importante de la historia, sino un repaso tan elocuente como completo del estado de la cuestión (noir) en nuestro país. De ahí que estaría bien que algún día se publicase la traducción al castellano… lo que además, por otro lado, daría buena cuenta de un más que merecido éxito editorial que sin duda La Cua de Palla, la colección y el presente libro, mereció y merece.
La Cua de Palla: retrat en groc y negre
Jordi Canal i Artigas y Àlex Martín Escribà
Alrevés